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Mostrando entradas de enero, 2021

EL PROFE “PONCHITO”

EL PROFE “PONCHITO” Se colocó de pie el Gte. e Ing. Juan David Giraldo: —Me permiten un momento, mencionó. Luego… se levantó de su silla; caminó un par de pasos –con la sala de juntas copada–; se acercó, y con amabilidad le dijo en el oído al nuevo arquitecto: «“tranquilo todo va a estar bien ‘todos tenemos un primer día en el trabajo’”, continúa con la presentación». Y le dio una suave palmada en el hombro. … Se colocó de pie Alfonso Ortiz “Ponchito”, maestro de primer semestre: —Me permiten un momento, mencionó. Luego... se levantó de su silla; caminó un par de pasos –con el salón de clases copado–; se acercó, y con amabilidad le dijo en el oído al nuevo alumno (Juan David Giraldo): «“tranquilo todo va a estar bien ‘todos tenemos una primera exposición en la universidad’”, continúa con la presentación». Y le dio una suave palmada en el hombro. #MiMejorMaestro Para: Zenda Libros Autor: Oscar Andrés Giraldo 

LA OTRA PANDEMIA

 LA OTRA PANDEMIA   Si queremos comprender este cuento, que narra la Zenda con “S”, para llegar a tener #unaNavidaddiferente , y con diferente me refiero, contraría a esta… llena de sonrisas, conversaciones y abrazos. Debemos prestar enorme atención a “la otra pandemia”, dado que, anda en simultáneo, y su transmisión no es virulenta, sino de pensamiento.  Pensamiento aquel que se propaga y cimienta en: la no sostenibilidad; la contaminación exagerada; y el calentamiento global; es decir, ideas arraigadas con sigilo, que peligrosamente se transmiten de persona a persona y andan entre nosotros. Pero, a modo de certeza, y para finalizar con total veracidad este cuento “¡no tan cuento!”, el significado de solución a “la otra pandemia” tiene un sinónimo, llamado: Iberdrola ; pues encierra, la conclusión sostenible de este cuento. Y de no conocer esta palabra, es correcto buscarla, porque describe tú compromiso para investigar cómo darle fin a esta narración, además de remediar su titulo.  

LA AFIRMACIÓN DE CARLOS

  LA AFIRMACIÓN DE CARLOS    «En esta época “La sonrisa que produce recibir un regalo de Navidad ‘se pierde’”, pues siempre va a quedar estampillada en el tapabocas», recurrente afirmación hecha por Carlos.   Años pasaron desde su último arribo al país. Y aquel semblante: erguido, de cabello negro; que él esperaba hallar, solo encontraría cabida en sus recuerdos.   Así, Carlos tomó su maleta, para dirigirse a la puerta donde dejan la terminal aérea los pasajeros internacionales. Siempre atento de la persona que lo vendría a recoger. Nada sucedió a su salida –en principio–, pues la gente ubicada al frente no le permitía ver, menos escuchar. Pasaron unos minutos… Cuando de repente al fondo se oyó una voz entusiasmada en demasía; pero, a su vez, tenue e intermitente en vigor, decir: —¡Carlos, Carlitos!  E n ese momento... él, volteó, y al percatarse como una señora ya bastante canosa y de sutil encorve –¡su mamá!– lo miraba con inmensa emoción, se dio cuenta que su afirmaci